Nací una mañana de Mayo hace muchos años en casa de mis abuelos, como era costumbre en aquellos tiempos, mi padre fué a buscar a la matrona cuando epezaba a clarear el día. Al mes y medio, aproximadamente, caí resfriado y a raiz de eso tan insignificante hoy en día arrastro una enfermedad crónica respiratoria que me condiciona en muchos aspectos de mi vida y que, casi con toda seguridad, me llevará un día a la tumba, lo siento, soy así de pesimista, no lo puedo evitar.
Mis primeros años los recuerdo jugando en la calle, sin asfaltar y llena de charcos cuando llovia que se convertian en lagos y océanos para nuestros juegos infantiles, no me gustaba nada el colegio y fuí un pésimo estudiante. Pasé largas temporadas hospitalizado a causa de mi enfermedad y eso también contribuyó a mi fracaso escolar. La superprotección a la que era sometido por mis padres me hizo ser un niño inseguro, débil y enfermizo, no es que lo hicieran a propósito pero hoy reconozco que era así. No salia de excursión, como los demás, ni de acampada ni nada de nada. Poco a poco me fuí retrayendo más y adquiriendo un sentimiento de inferioridad y de culpabilidad de mi circunstancia que marcó mi caracter. Hoy en día sigo siendo un tio raro.
Mi padre era en aquel entonces el cabeza de familia, trabajaba todo el día para ganar dinero y prosperar. Mi madre también trabajaba, cosia fundas de colchones en casa y entre los dos ganaban bastante, el dinero no era problema y viviamos bastante bien.
Casi no tengo recuerdos de mi padre jugando conmigo. Una vez bañandonos en el rio me subió a sus espaldas y nadó un buen rato mientras yo alucinaba montado sobre el, me parecía que vivia una peli de Tarzán. En general tenía bastante mal caracter y me abroncaba a menudo por los estudios. También me echaba en cara todo lo que hacía por mi, que me llevaban a médicos privados y todolo que referente a mi enfermedad. Yo me sentia muy desgraciado por ello. Jamás tuve confianza con él ni una sola conversación padre e hijo. Una vez viendo una pelicula en la tele el protagonista le dijo a un amigo que tenía ganas de hechar una cana a la aire, le pregunté que significaba eso y sin mirarme me dijo que me lo diria dentro de unos años, yo ya tenía trece y pienso que me lo podria haber explicado con al go de tacto, pero el carecía de eso.
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