La última alma humana en llegar se puso en la cola de una larga fila que llegaba al Valhalla. En la puerta Odín les daba la bienvenida con un fuerte apretón de manos y les invitaba a entrar. Cuando llegué hasta él bajé la cabeza y musité entristecido:
- Yo no merezco este honor, no soy digno de..
- Pero él me abrazó y me hizo entrar y viendo la maravilla del lugar y la paz que me envolvía pronto olvidé la traición que llevó a la muerte a todo mi ejercito.
Hola, a mi tb me gusta escribir relatos cortos, un saludo, adeuu.
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